lunes, 11 de junio de 2018

LA AUTOCONCIENCIA


La Autoconciencia


¿Qué es la autoconciencia?

Cualquier persona que se dedique a la autosuperación, al desarrollo de su personalidad, o busque la meta más elevada del crecimiento espiritual, necesita trabajar activamente para comprenderse a sí misma. Esto es porque sólo cuando uno entiende en dónde es que está fallando, puede concentrar sus esfuerzos en lo que necesite mejorar.
Definición de autoconciencia:
  1. La autoconciencia es la capacidad que tiene una persona para practicar la introspección.
  2. Incluye tomar conciencia de la percepción de las propias fortalezas, debilidades, cualidades, defectos, ideas, pensamientos, creencias, ideales, respuestas, reacciones, actitudes, motivaciones y emociones.
  3. Así, la introspección también incluye la evaluación sobre cómo uno es percibido por los demás, y
  4. Cómo impactamos a los demás tomando como base el comportamiento, las respuestas y la conducta de uno mismo.
Los psicólogos a menudo dividen la autoconciencia en dos tipos diferentes: público o privado
  1. Autoconocimiento público: este tipo surge cuando las personas son conscientes de cómo se muestran a los demás. La autoconciencia pública a menudo surge en situaciones en que las personas son el centro de atención, como cuando se da una presentación o charla a un grupo de amigos. Este tipo de autoconciencia, a menudo obliga a las personas a adherirse a las normas sociales. Cuando somos conscientes de que estamos siendo observados y evaluados, a menudo tratamos de comportarnos con maneras que son socialmente aceptables y deseables. En resumen, mostramos nuestro mejor comportamiento, el cual puede no ser un reflejo de nuestra verdadera personalidad. La autoconciencia pública también puede conducir a la “ansiedad debida a la evaluación” por la que la gente se angustia, se vuelve a ansiosa o se preocupa por la manera en que es percibida por los demás.
  2. Autoconocimiento privado: Este tipo ocurre cuando las personas desarrollan conciencia sobre algunos aspectos de sí mismas, pero sólo de manera privada. Por ejemplo, ver su rostro en el espejo es un tipo de autoconciencia privada. Son también buenos ejemplos de autoconciencia privada sentir las sacudidas de su estómago cuando se da cuenta de que olvidó estudiar para una prueba importante o, sentir el palpitar de su corazón cuando ve a alguien que le atrae. Los familiares cercanos y los amigos están al tanto de algunos aspectos de nuestro ser, ya que frente a ellos podemos bajar la guardia. Por lo tanto, se convierten en colaboradores inestimables que nos ayudan a evaluarnos a nosotros mismos.
A medida que practicamos para volvernos cada vez más conscientes sobre nosotros mismos y sobre cómo nos perciben los demás, aprendemos más detalladamente sobre nuestras características. Entonces, estaremos en una mejor posición para superar nuestros defectos de personalidad y comprender dónde radican nuestras fortalezas. En los párrafos siguientes, examinaremos algunas formas sobre cómo incrementar la autoconciencia.












Cómo incrementar la autoconciencia

 – Observándose a sí mismo

Para comprender nuestra personalidad, necesitamos comprender la naturaleza de nuestra mente. La mente se compone de dos partes: la mente consciente y la mente subconsciente. La mente subconsciente es vasta y las impresiones que en ella se encuentran profundamente enraizadas, no son fáciles de descubrir y analizar. Sin embargo, a menudo durante el día la mente estalla y reacciona ante algunos hechos y situaciones de manera negativa. Como resultado, la persona siente cierta inquietud y experimenta emociones como la inseguridad, el miedo o la rabia. La mayoría de nosotros avanzamos laboriosamente en nuestra vida diaria, sin tomar un momento de pausa para hacer una introspección sobre la razón de experimentar tales emociones. De hecho, a través de tales situaciones en la vida diaria, la mente, al reaccionar negativamente ante situaciones y eventos, abre una ventana y nos proporciona un vistazo de su naturaleza. Si uno está alerta y es objetivo en la visión de uno mismo, puede seguir el camino a través de la ventana que abre la mente. Como resultado, a través de este proceso uno empieza a ganar mayor autoconciencia de cómo la mente funciona y cómo responde a varios estímulos. Esto se conoce como metacognición, que significa tener conciencia y comprensión de los procesos de pensamiento propios. Este tipo particular de autodesarrollo, se relaciona con la toma de conciencia del propio cuerpo y del estado mental del ser que incluye los pensamientos, ideas, sentimientos y acciones e interacciones con los demás. Por lo tanto, es el primer paso para superar las emociones y las reacciones negativas.

 - Alguien nos da sus comentarios o nos dice nuestro error

“Bájale el volumen a esa música Raúl”, gritó el padre de Raúl. “No hay un momento de paz en esta casa con esa música ruidosa continuamente.” Raúl maldijo en voz baja y malhumoradamente bajó el volumen de la música.
Nunca es fácil tomar un comentario negativo de otras personas acerca de nuestras acciones o nuestra vida. En esos momentos, con frecuencia vienen a la mente pensamientos como: “¿Por qué no me entienden?”, “Yo no soy así” y “No quiero escuchar acerca de eso”.
Supongamos que Raúl se detuviera por un momento y observara la situación de manera objetiva; probablemente podría aprender una o dos cosas acerca de cómo otros lo perciben. Cuando otras personas hacen comentarios sobre nosotros por más duros que sean, nos ayuda a tener una idea de cómo nos perciben los demás. Si alguien ha experimentado dolor debido a nuestras acciones, se debe principalmente a alguno de nuestros defectos personales que está provocando nuestra acción para impactar negativamente a otros.


fuente: https://www.spiritualresearchfoundation.org/es/practica-espiritual/pasos-de-la-practica-espiritual/eliminacion-de-defectos-y-mejoramiento-de-la-personalidad/autoconciencia-y-desarrollo-de-la-personalidad/










Tomando autoconciencia.

La autoconciencia es la capacidad de reconocer nuestras propias emociones y como afectan a nuestro estado de ánimo y por consiguiente a como nos comportamos debido a ellas. Se trata de tomar perspectiva sobre nuestros propios actos y pensamientos de manera consciente, es el primer paso para poder cambiar o regular nuestro comportamiento y mejorar, regular o cambiar conductas inadecuadas o la expresión de las emociones.

¿Cómo me conozco a mi mismo?

Conseguir un profundo conocimiento de uno mismo no es sencillo, pero tampoco imposible. Se necesitan cierta capacidad de autocrítica que podemos basar en la consecución de estos objetivos:

1. Conocer qué tipo de emociones estás sintiendo y por qué las estás sintiendo. 

Reconocer emociones básicas suele ser bastante sencillo, todos sabemos cuando estamos tristes, alegres o sorprendidos, a no ser que tengas alexitimia. Sin embargo con esto no es suficiente, debemos esforzarnos en conocer los matices de las emociones ya que de las emociones básicas se derivan gran cantidad de emociones secundarias cada una con sus respectivos matices. 

2. Relacionar la emoción con el comportamiento y el pensamiento. 

Si no somos capaces de relacionar lo que estamos sintiendo con lo que estamos haciendo entraremos en un bucle de confusión mental y emocional que puede afectarnos tanto psíquicamente como físicamente. Las emociones están directamente relacionadas con el sistema nervioso, endocrino, muscular y por supuesto con nuestra expresión facial, movimientos corporales o nuestro tono de voz.
Si somos capaces analizar lo que sucede en nuestro organismo cuando nos vemos influenciados por una determinada emoción mejor sabremos controlarla. Por ejemplo, cuando sentimos ira se acelera nuestro ritmo cardíaco con su repercusión en los instintos más impulsivos

3. Percibir el modo en que tus sentimientos afectan a tu vida personal y laboral. 

Otro de los objetivos de la autoconcienciación es percibir cómo están afectando a nuestro rendimiento personal nuestros pensamientos y emociones. Por ejemplo, darse cuenta de que cuando estamos enfadados baja nuestro rendimiento laboral o ser conscientes de que nuestros estados de ira afectan a nuestras relaciones interpersonales.

4. Ser consciente de tus valores y objetivos.

Llamamos valores a la manera de pensar y actuar que tiene cada persona directamente relacionados con la personalidad. Los valores se construyen a lo largo de la vida y pueden varias en función de determinas variables como la edad, el estatus social o el nivel económico.  Reconocer los valores con los que nos regimos en nuestra vida es parte del proceso de toma de autoconciencia.
Así mismo, en relación a la escala de valores establecemos una serie de objetivos personales. Estas metas hacen referencia a los logros que queremos alcanzasr en los diferentes contextos de nuestra vida. Es importante, por tanto, reconocer cuáles son estos objetivos para poder hacerlos realidad, para ello es necesario que tengan ciertos requisitos: ser específicos, ser claros y entendibles, ser realistas, ser medibles y deben estar establecidos en un período temporal determinado.

Escala de la Conciencia Emocional

El proceso por el que entendemos las emociones y aprendemos a gestionarlas fue definido por Claude Steiner (2011) mediante la escala de la conciencia emocional que se resumen en 7 etapas:
  1. Embotamiento emocional: en esta primera etapa la persona no parece sentir nada, aunque puede que los demás pueden percibir algo por las reacciones fisiológicas que comienzan a manifestarse en la persona. Por ejemplo, si alguien experimenta un estado de ansiedad comenzará a sudar o estará pálida, aunque aún no sepa qué le está pasando.
  2. Sensaciones físicas: la persona comienza a notar sus reacciones corporales, pero todavía no las asocia con una emoción concreta. Esta etapa y la anterior pueden dar lugar a situaciones de desconcierto ya que, al no percibir la propia emoción, la reacción puede no ser consecuente.
  3. Caos emocional: la persona percibe la emoción de forma consciente, pero la percibe únicamente como un alto nivel de energía que no se comprende ni se puede expresar con palabras.
  4. Diferenciación: la persona ya es consciente de las emociones básicas y de su intensidad.
  5. Causalidad: la persona comprende la causa de sus emociones y los acontecimientos que las desencadenan.
  6. Empatía: una vez superadas las fases anteriores, la persona es capaz de abrirse a los demás y comprenderlos.
  7. Interactividad: en el último nivel es capaz de intuir cómo interactúan las emociones en su relación con los demás y consigo mismo.
fuente: https://psicopico.com/autoconciencia-personal-claves-conocerse-uno/














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